Hábitos comunes que perjudican tu coche

Hoy os traemos algunos de los comportamientos más comunes que todos llevamos a cabo en nuestro día a día.

Colocación de las manos

Las manos nunca deberían quedar apoyadas en la palanca de cambios ya que forzamos los sincronizados del cambio y reducimos su vida útil. Esta avería, poco común y provocada a largo plazo por el desgaste, es muy costosa. Por eso, es preferible que las manos estén en el volante y solo acercarlas a la palanca para cambiar de marcha.

Pie en el reposapié

Dejar apoyado el pie en el embrague mientras circulamos es otro error muy común. Esto, al margen de resultar incómodo por la tensión a la que sometemos nuestra pierna, hace que el collarín del embrague sufra mucho. Si el coche es más moderno, el collarín no sufre tanto pero a tenor de la gravedad de la reparación mejor dejar el pie en su sitio.

Cuidado con el punto muerto

Poner el punto muerto en una bajada es una temeridad para la seguridad vial, y también para la mecánica si nuestro coche es automático. Colocar la N para volver a seleccionar posteriormente la D supone un cambio para el que el coche no está preparado. El coste de esta reparación, en caso de tener que realizarse, es altísimo en un coche manual así que imagina en un coche automático…

Al igual que al hacer deporte, es importante calentar

Y no se trata de calentar el motor a base de acelerones, sino de todo el vehículo incluyendo frenos, neumáticos, suspensión… por eso, lo ideal es salir despacio y sin brusquedades durante unas minutos para que el coche coja temperatura.

Las averías que podemos tener van desde forzar embrague, pastillas de freno o incluso romper el amortiguador al pasar por un bache.

Pasar mal los badenes

Creados para obligarnos a reducir la velocidad, hay conductores que no los tienen en cuenta y los sobrepasan a una velocidad normal haciendo que sufran los neumáticos, suspensión, amortiguación… tampoco es bueno frenar subiendo, sino que hay que reducir la marcha previamente para que el impacto sea menor.

Reserva de gasolina

Los posos que se forman en el combustible se acumulan en el fondo del depósito haciendo que, cuando circulamos en la reserva, estemos tirando de ellos. Si esto sucede podemos obstruir el filtro de combustible, parando el motor. También puede ocurrir que la bomba de combustible succione parte de esa suciedad y se pare, siendo esto una avería importante.

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