Las averías más comunes que podemos evitar en nuestro coche

Además de la inevitables reparaciones que tendremos que realizar en nuestro coche por el desgaste, kilómetros… hay algunas que son provocadas por nuestra propia manera de conducir.

  • Cambio de embrague: es una de las piezas claves del vehículo. Se encarga de transmitir la fuerza del motor hacia la caja de cambios. Cuando escuchemos ruidos extraños o que se incrementan las revoluciones sin que ganemos velocidad son los principales síntomas de un mal funcionamiento. Para evitarlo, trata de no pisar a fondo el embrague en los semáforos, soltarlo adecuadamente en los cambios de marcha y evita usar el pedal de embrague como lugar de reposo de tu pie.
  • La válvula EGR: problemas de arranque, de potencia o un consumo excesivo son los problemas que las acumulaciones de hollín y carbonilla pueden ocasionarnos.
  • Cambio de catalizador: el catalizador se encarga de reducir los gases contaminantes. Cuando vemos un humo denso, un olor extraño saliendo del tubo de escape o que el coche se nos cala en exceso es probable que tengamos que cambiar esta pieza.
  • Turbo: es una de las averías más temidas y se produce por falta de lubricación o por alguna obstrucción que puede dañar, incluso, el resto del motor. Para evitarlo, nada como un buen aceite, evitar acelerones y vigilar el estado de los manguitos
  • Inyectores: los problemas suelen estar derivados de nuestros malos hábitos de conducción, así como de repostar con combustibles de baja calidad.
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